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Testimonio Noemí

Cuando visité por primera vez lo que acabaría siendo nuestro hogar, recuerdo bien pronunciar las siguientes palabras: “La necesito”. Nadie lograba entender mi obsesión por adquirir esa casa de extraña distribución: contaba con dos habitaciones y un solo baño, una cocina con forma trapezoidal y un salón amplio, aunque sin grandes pretensiones, presidido por una chimenea con dudoso tiro.

La cuestión es que tuve una visión.

Y esa visión nunca hubiera llegado a materializarse sin la cabeza, la tenacidad y la dedicación de Leonor y de todo su equipo.

Ella ha sido la gran artífice.

De un espacio de poco más de 100 metros logró sacar tres habitaciones, con sus tres baños, más uno de cortesía. Una cocina con isla abierta al salón. Y colmar el sueño de mi marido de tener su propio mueble bar. Removió cielo y mar hasta conseguir la instalación de una chimenea de gas de ensueño; ese sí era mi capricho. Y todo pensado y trabajado hasta la extenuación.

Todavía tengo presentes las largas horas de brainstorming que podían ir desde la ubicación milimétrica de los puntos de luz hasta el juego de la domótica de la casa. Nuestras divertidas excursiones para conocer los materiales y conseguir los mejores precios…

El resultado lo podéis ver en las fotografías que logran reflejar el diseño y la calidad de los acabados. Sin embargo, lo mejor de la casa es el ambiente creado y la practicidad conseguida gracias a la meticulosidad y creatividad de Leonor. Sin lugar a dudas, esa casa es ahora nuestra joya de la corona.

Noemí